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Cazan

Quedan pocos por acá, los fueron eliminando de a uno, los cazaron como a brujas. ¿Ahora qué se hace con los cuerpos?, con los nuestros, aburridos del receso.

Siempre pidiendo recreo al pedo, si ni siquiera probamos de tocarnos. ¿Se toca el líder? Pues entons por qué esperar algo de los chiquillos que lo siguen. Sí, es cierto, son aguerridos, pero carecen de ideas. Les enseñaron la técnica del arado, del pespunte y del cálculo infinitesimal. Les enseñaron el respeto por los mayores, por las costumbres y por los hombres que sudan admirablemente mientras se desgajan paleando bajo el sol de la calle. Todos sudamos, algunos usamos trajes raros y ninguno canta ya la marchita. En algo progresamos, somos gente de progreso, muchachos con futuro. Vacacionamos en Cuba y cogemos negras de a dólar el polvo, después volvemos.

22

La purga

La maldición es cosa de todos los días desde que los hongos aparecieron en el agua. Se secaron los vientres todos igualitos, fue mágico. Después llegaron hinchazones y revientes hasta que encontramos el remedio.

Salimos todos juntos a las tres bajo el sol del veranito. Como mil, uno al lado del otro avanzamos en línea, arrasamos unas cuantas hectáreas, masticamos yuyo de lo lindo. Por suerte, acá la tierra y la hierba son lo que sobra. Es una zona rica y variada. Tenemos futuro.

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Zagreb

La tarde es soleadita como si se tratara de otra cosa: gentío repuja cobre sin mirar el sol. Algunas putas cosechan algo, pura escolástica, los señores pagan en especias.

Si de mecánica se trata todo anda como el culo: cientos de inventos novedosos tirados por la borda, siguen con el sistema de remeros. Eso sí, avanzan nudos que da miedo, aunque haya que dejar atunes en el camino. O no los alcanzan o los sobrepasan, nunca a la par, así la pesca no funciona.

Martita se escapó de otro texto y no sabe qué hacer acá. Es hermana de un muchachito lleno de expectativas pero de poca experiencia, y la largó así nomás, solita y sin un puto consejo.

Ella igual se las arregla y aprende rápido. Se compró un burro y dos cacerolas con los fondos de la libreta de ahorro, ahora vende tapioca por la calle y los ministerios.

Es una historia sin final la de las chicas del Braile, manotean y te adivinan el color de los ojos pero no saben para qué.

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El último día

Funesta carga soportan los chicos del Cotomarket: sus progenitores los desesperan, los enjuagan, les quitan todas las manchitas.

Alguno palpa adorables criaturas que imagina, mientras todos creen que boludea. Pasan los días. Otro lo sabe todo y se aprovecha, pide propinas más que considerables.

Se restablece la paz momentáneamente y todos tiran piolines ¡Qué escándalo para los gurkas! Ellos se pintaban la cara con otras intenciones.

Groucho se proclama anticomunista sin cuota de ironía, la buena gente rema por todos y alguno desagradece con asco.

O Rei se enfada, reparte órdenes y terminamos todos culo para arriba.