⛓️⛓️⛓️

⛓️⛓️⛓️

Vivan las novias. 

Yo, yo, yo

que idea esta de que soy yo misma.

Que idea esta de que sé pensar 

cuando en realidad todo es estúpido 

estúpidA 

con a de sufijo flexivo nominal 

con A de que aprendida estoy 

prendida, no tanto. 

¿Qué es lo que aprendí? 

De vos, toda mi desesperación.

Ojalá no haberte perdido nunca.

Ojalá no haberte encontrado. 

ojalá no haber sido criada

con miedo al abandono.

Qué idea esa de no ser abandonada. 

Que poca gracia sufrir menos 

que dolor este de no poder sentir pleno placer. Plena, felicidad. Y pelear por el mando. Angustia. Angustia pelea por el mando desde hace semanas y yo, yo, yo, la intento acallar. 

Te pido perdón, nena. Te pido perdón, te dejo salir. Que idea esta de abandonarte, me, nos.

Que ilusión estúpida, como yo. 

Que imbécil somos intentando separarnos. 

Siempre fuimos una, es imposible tenerte, cautiva, rehén. Así empieza la literatura argentina, con una violación. Así empezó mi vida, tu, nuestra: con nosotras: abandonadas.

Ultrajadas desde la cuna. En la infancia. 

Y los fines de semanas encerradas, abandonadas. 

Y solas, siempre solas, incluso cuidadas, abandonadas. 

Incluso amadas, abandonadas 

Y siempre el dolor 

la vulnerabilidad 

la idea esta de ser 

estar

vivir 

abandonadas.

Con el peso inconmensurable de acompañarnos la una a la otra, como un cazamiento inquebrantable, hasta la muerte. 

Convivencia.

Molestia y confusión 

ambas dormidas 

una encima de la otra

una pieza, de calor, sudor 

Tra n s pi ra ción

Ya ni siquiera reconozco mi transpiración.

Ni mi cuerpo. Hay días en los que mi cara se transforma en la tuya, tus manos en las mías, mis pies en los tuyos y tu camino en mi paso.

Ya ni sé lo que escribo ni por qué.

No sé quién soy.

Pienso si dejarnos es lo mejor aunque en realidad todo esto nace de nuestro más profundo miedo, nuestra más profunda vulnerabilidad. Así, revolcadas, nos sabemos olvidadas aún estando recordándonos.

Nos pensamos dejadas aún en el beso.

No reconozco mi transpiración.

Mi tra ans pi ra ción 

Todo esto surge sin que yo lo entienda.

Todo es molestia y confusión. 

Pero podríamos vivir juntas si no quisieras matarnos constantemente. Podríamos incluso hacer como qué, si tus chistes no fueran promesas a largo plazo

si tu humor no doliera 

si no mintieras en la cara.

Pero vení, vení, sigamos acá tiradas. 

Como molestia y confusión 

que están una encima de la otra

Todas, 

transpiradas

todas enredadas

Cuando nadie nos ve. 

Podemos ser.

Cuando no nos ven.

Nunca nos ven. 

Divorcio.

Te pido, por favor, te pido 

necesito que me des el divorcio.

Te quiero, te quiero

pedir el divorcio. 

No podemos convivir más juntas en esta casa de papel arrugado y sangre espesa. 

No podemos, no entramos más. 

Porque tus broncas ocupan mucho lugar, y ponés llantos en cajones que no van, y así, me usas todos los momentos de alcanzable felicidad. Y no limpias el desastre que queda después. 

Te pido, por favor, te pido,

necesito que me des el divorcio.

Te quiero, te quiero

pedir el divorcio.

Estoy harta de verte con mi ropa, con mi cara, con mi voz. De tenerte atrás de cada palabra, de cada gesto. Callate. 

No soy vos. Aunque seas yo,

no soy vos. 

Estamos siendo pero no somos.

Ya nos duele la cabeza de nuevo. 

No, no soy estúpida, no

pasa que 

No, no te odio, no

pasa que

sos un eco constante 

incluso en los pequeños segundos de paz.

No te aguanto, te juro

no te aguanto.

Quiero dejar de vernos. 

Te pido, por favor, te pido

necesito que me des el divorcio.

Te quiero, te juro que te quiero 

no te voy a abandonar, 

tranquilas, 

pero si estas cadenas tiran un poco más voy a tener que arrancarme las muñecas 

por eso te pido, por favor, te pido

necesito que me des el divorcio 

te quiero, te quiero 

pedir el divorcio. 

Para poder elegirte de nuevo

para siempre

pero en total libertad de irme 

si es que alguna vez entiendo cuál otro camino puedo seguir.

Aunque vos y yo sabemos, que aún separadas, vamos a estar cazadas para siempre.

Vos y yo, 

cazadas 

para siempre. 

Te quiero, 

y como te quiero

te doy el divorcio. 











 


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.