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una alegría prestada, mentirosa
Te mirás antes de salir y te acordás: cada espejo tiene su personalidad. En el de tu habitación sos asiática oscura de piernas anchas, asiática o andina con expresión de pueblo recóndito. En el ascensor de la dueña del depto que alquilás sos pálida decrépita, algo verdoso en la piel, a veces ojeras. Suben, van […]