Árboles con espinas 

Flores amarillas.

Un alambrado que te impide el paso a la montaña. Pero deja pasar al viento y el canto de los pájaros.

Un sendero marcado por los caballos domesticados, dónde caminan de memoria y hasta con los ojos cerrados.

 

Un arroyo con poca agua (y turbia).

El cielo con tonos naranjas por el sol que se esconde.

Las ranas que empiezan a cantar después de que los pájaros se fueron a dormir.

El humo que llega con olor a asado.

El té mientras jugamos al ajedrez.

La risa de Nehuen.