Sus alas tatuadas hacían eco a las señales que esperaba.

Era un ángel apasionado que bajo del cielo a curar mis heridas.

Y como un sueño hermoso, puedo sentir sin saber si fue verdad, sus besos acariciando mi espalda.

Sus manos atajando mi cuerpo, su mirada fija en la mía.

Por una noche ya no había ansiedad.

Yacían en el cementerio los fantasmas que no me dejaban respirar.

 Sus manos atajaban mi cuerpo, su mirada se fijaba en la mía.

Ese ángel tatuado me salvó.

Rezo y rezo para que no se olvide de mi.

Beso y beso su recuerdo de dentro de mi.

II

 El ángel tatuado volvió a mirarme, 

Volvió a mimarme, y a alegrarme.

Un pedacito de sus alas quedaron en mi pecho.

Un sueño que deseo sea eterno 

Me saca de nuevo de contexto.