Compré una plantita

En un momento de felicidad

Pero cuando la oscuridad volvió

La abandoné.

Casi no la regaba

Y la helada empezó a matarla.

Cuando pensé que ya no aguantaría más

Me dio pena

Y la entré.

Regué su tierra seca y quebrada

Simplemente 

Como acto de compasión

Ante su inminente muerte.

Unos días después

(Y ante mi atónita sorpresa)

Una nueva hoja brotó del tallo resquebrajado

Y después otra

Y otra…

Me apresuré a echarle agua,

A ponerla bajo el sol de la mañana

Y protegerla del frío.

Sentí que un poco me identificaba con ella

Tratando de sobrevivir

Hasta en las condiciones más adversas.

Y con un poco de ayuda

Creció de nuevo.

Las hojas que se habían secado

Cayeron

Y dejaron espacio a las nuevas.

Pero quedaron extendidas sobre la tierra

Como recordatorio

De su inmenso poder superador.

Hasta en el más terrible abandono

Con un poco de apoyo

Se puede volver a crecer.