(Las 5 primeras frases fueron extraídas de una entrevista realizada por la revista «Lecturas críticas: revista de investigación y teorías literarias» en 1980. Las dos últimas frases están tomadas de una entrevista de 1974 en diario Clarín)

I

Una de las tareas difíciles de llevar a cabo es sacar al artista del lugar de boludo en que se lo ha colocado.

Il

Cuando Rimbaud dice me voy, hay que entender que se viene; lo que pasa es que con el afrancesamiento uno lee que Rimbaud se va y por identificación uno se está yendo con él. No, vos no te vas con él, estás acá esperándolo. Se va quiere decir que se viene para acá; Africa, las pampas argentinas todo igual para Rimbaud.

III

¿Cuál es el gran enemigo? Es González Tuñon: los albañiles que se caen de los andamios, toda esa sanata, la cosa llorona, bolche, quejosa, de lamentarse. Una ideología siempre propicia para pelotudeces.

IV

Si hablas desde un lugar, no hay poesía; trato de hablar desde ningún lugar. Toda la relación con la poesía es desde ningún lugar.

V

Uno escribe en función de los textos que ha leído. Lo que uno ha leído actúa como sobredeterminación. La vida es un texto, que es una sobredeterminación mayor.

VI

El censor es solamente un representante extremo (pero ni de lejos el más peligroso) de nuestro cultivo sistemático de la pasividad y la culpa.

VII

las obras verdaderamente transgresivas (De Sade, Marx, Nietzsche, Freud) no son productos de buenos chicos que querían cantar su amor y a los que los brutos represores no los dejaron. Ellos intrigaban conscientemente, deliberadamente, contra el modo de vida y la concepción cultural del censor, sin la coartada de ninguna ‘bella causa’. El saber es siempre perverso y violento.