Tropecé con la torpeza,

muchas veces por ganar una derrota.

ofendí a los querubines,

hice viruta de sus flechas,

para armar cuatro paredes..

Consumí eternidad, hasta saciarme de vacío

donde a veces aburrido

 me relajo..


 por bondad, 

 de quererme

por haber querido..


Separé la milanesa,

 de la verdad que era trigo

 que crece suave, aunque no empujes..

aletargué el desencanto, todo lo que pude

y ahora dicen que el amor, no importa tanto..

me estoy volviendo,

 cada vez 

mas mineral.