Brilló
en la tarde
un cuchillo
de fina plata
afilado.
Quebró las sombras sutiles.
Dejó mudas las palabras.
Abrió una herida sangrante
en cada rincón del alma
y un nidal de suspiros
se acumuló en la garganta.
Brilló
en la tarde
un cuchillo
dejándome penas blancas.
De fina plata
afilado
cayó vertical
y tenso.
Vibró
lastimando el aire.
Hirió su filo
el silencio.
Y un temblor de agonías
sacudió las sombras largas.
Brilló
en la tarde
un cuchillo
dejándome
el alma
helada.