Finalmente, detrás de esta pandemia. hay una crisis civilizatoria y detrás de esa crisis hay angustia, escenas de mucho miedo y de mucho amor. Vicente Zito Lima (2020).

 Introducción

A unos meses del inicio de la pandemia, no son pocos los intelectuales que han realizado aportes sobre la crisis global que el COVID19 ha generado. Nos han brindado reflexiones y relatos de la vida confinada, el aislamiento social y los temores al contagio y la muerte. En este contexto las tecnologías de la información y la comunicación, han cobrado una relevancia inusitada en las formas de relación, trabajo y estudio.

Los hábitos de consumo y los modos de gestionar la vida cotidiana (pagar cuentas, sacar un turno, hacer compras, etc.) se han volcado hacia el mundo on line. Las grandes corporaciones tecnológicas han visto acrecentado su poder de vigilancia y control, en tácitas alianzas con los Estados, estableciendo versiones renovadas de disciplinamiento y observación de los ciudadanos.

Lubartowski Nogara (2020) desarrolla el concepto de Amo Pandemia, significante que ha permitido multiplicar las técnicas de indagación policial de la interioridad y externalidad del cuerpo produciendo una suerte de carta de ciudadanía bio-farmacológica destinada a la desapropiación de la eroticidad del cuerpo propio y la de-construcción del/los cuerpo/s colectivo/s. Alfredo Ygel (2020) reflexiona sobre el impacto de la pandemia en la subjetividad que ha alterado las coordenadas en las que se desenvolvía la vida produciendo un desanudamiento en la estructura de nuestro psiquismo.

Hazaki, C. (2019) hace referencia a la relación entre crisis y dominación.

En suma, en una crisis, imponer el miedo es la manera de operar y controlar un conflicto que asoma como ingobernable y que amenaza con destituir la hegemonía de las clases dominantes.

Nos preguntamos ¿hasta dónde las medidas del gobierno implican resguardar a los ciudadanos? La tergiversación de la información y el exceso de control definen a un régimen como autoritario. En algunos casos se ha llegado a suspender garantías constitucionales. El mensaje demagógico es “soy su padre, mi misión es cuidarlos”.

En tiempos de Coronavirus la televigilancia se ha incrementado:

Me impresionó un poco la capacidad y eficiencia de la red de vigilancia masiva. Con la ayuda de la inteligencia artificial y del big data pueden rastrear básicamente todos tus movimientos, en todo momento y en cualquier lugar.

Así se expresaba un ciudadano chino que había sido detectado por las autoridades saliendo de su casa dos días antes de la reclusión obligatoria a la que había sido conminado. (Yingzhim Y., 2020).

En Argentina hay un organismo de Asistencia a Personas Bajo Vigilancia Electrónica dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Este ente está poniendo a punto un sistema de vigilancia que requiere de autorización judicial (Vera Francisco, 2020)

Harari, Y. (2019), adelantó la posibilidad de que una irrupción biológica provocara un aceleramiento de los “medios de vigilancia digitales” como se está observando en todo el mundo.

 Paranoia y pandemia.

Ahora somos armas de guerra con un talento intangible pero eficaz, podemos matarnos unos a otros, sorteando todo tipo de fronteras que antes nos eran vedadas (Lanús, 2020)

¿Qué ocurre dentro de nuestras propias fronteras, en las calles de nuestra ciudad? Lo percibimos cuando salimos de nuestras casas: el otro es mirado con desconfianza: puede ser portador del virus asesino y matarme. Vigilamos si usa el barbijo, si respeta la distancia de un metro y medio en la cola del supermercado, nos cuidamos al tocar la reja del almacén, el carrito de compras. Al volver a casa nos desinfectamos hasta el calzado: las pisadas del otro pueden ser peligrosas. Ese otro puede ser un desconocido, un vecino, un amigo o familiar, nadie es fiable. Sólo la Internet nos protege de los vínculos cara a cara donde los besos y abrazos están prohibidos y los enfermos están solos y aislados. Si mueren, lo harán sin poder despedirse de sus seres queridos.

En casa estamos a salvo, podemos hablar por teléfono o usar la mensajería instantánea, trabajar utilizando el mail o las plataformas que permiten encuentros grupales como Meet o Zoom. El encierro y el temor al contagio han popularizado las redes sociales y las aplicaciones de un modo exponencial.

 La salud mental en riesgo.

Paciente: La llamé porque estoy muy angustiado, la pandemia, el aislamiento, me tienen mal, me cuesta hablar. La terapeuta le dice: cortá y te llamo en diez minutos. Cuando vuelven a comunicarse el paciente dice: Usted me dijo cortala y me tranquilicé. (escuchado en un consultorio)

Seguramente en tiempo de Coronavirus las adicciones a los juegos, las redes, la pornografía y la sobrecarga de información pueden intensificarse o crear nuevos consumidores compulsivos. Las adicciones a Internet se asocian a otras vehiculizadas por la Red, por ejemplo: compras compulsivas, subastas, apuestas, juegos de azar. La chatmanía o la sobreinformación completan estas tendencias donde predomina la desconexión con la vida cotidiana y la ausencia de sociabilidad off line.

Lo cierto es que el actual escenario que ofrece la pandemia en el que los niños, niñas y adolescentes deben estudiar en sus casas por medio de la Web plantea, según Marilen Osindale (2020) nuevos problemas. Ahora están obligados a pasar horas frente a la pantalla para aprender con nuevas modalidades, con nuevos procedimientos. Por otro lado, en el caso de pertenecer a un grupo familiar disfuncional y violento, corren mayores riesgos. La escuela “real” fue siempre un factor de protección frente a la violencia doméstica.

La pandemia ha llevado a los psicólogos y psicoanalistas a usar las aplicaciones de la Internet o el teléfono para realizar sus sesiones. Ygel (2020) habla de “desplegar nuestra escucha por distintos medios”, en lo que el autor resume: “del diván al celular”. Las formas en que las personas viven esta crisis sanitaria mundial se vincula a sus circunstancias y la estructura de su psiquismo. Como el aislamiento del fóbico, el encierro y la meticulosidad higiénica del obsesivo, la acentuación de inhibiciones, las somatizaciones, las vivencias persecutorias (Ygel, 2020). No sólo se trata de continuar con la asistencia psicológica sino también de atender casos nuevos ya que la incertidumbre, el aislamiento social, la pérdida de trabajo y el encierro pueden generar angustia y síntomas. Ygel (2020) expresa que el Psicoanálisis se ofrece como un lugar donde instaurar una escucha alojando con nuestra voz el sufrimiento que desborda a un sujeto, con nuestra mirada haciendo de sostén al desanudamiento del cuerpo que lo incierto de la situación genera.

 El futuro de la humanidad se torna incierto.

Un tecno optimista como David Pearce expresa en su manifiesto The Hedonistic Imperative, cómo las tecnologías como la ingeniería genética, la nanotecnología, la farmacología y la neurocirugía podrían converger para eliminar todas las formas de experiencias desagradables, reemplazando el sufrimiento con gradientes de bienestar, un proyecto al que se refiere como «ingeniería del paraíso».

A partir de los avances tecnológicos se han desarrollado diversas corrientes que abonan la idea de este paraíso, entre ellas los transhumanistas.

¿Qué dirán los transhumanistas ante la actual crisis mundial motivada por el Coronavirus? Una reflexión importante es la de Carpintero (2020)

La crisis que trajo la pandemia del Covid-19 llevó a que estallara un mundo que creíamos con posibilidades infinitas donde, incluso, se hablaba de que en pocos años podríamos vencer nuestra finitud. Sin embargo, la muerte nos rodea como una nevada mortal y solo atinamos a defendernos; las metáforas bélicas que algunos gobiernos utilizan contra el virus es un mecanismo de defensa que no tolera la sensación de incertidumbre y miedo de nuestra fragilidad humana.

De alguna manera, podemos considerar al pensador hebreo Harari, Y. (2016) como un tecno optimista. En su libro Homo Deus expresa:

En las últimas décadas hemos logrado controlar, la hambruna, la peste y la guerra.

Si bien el autor no avizoraba el advenimiento de la crisis sanitaria actual, no dejaba de advertir:

Nadie puede garantizar que las pestes reaparezcan, pero hay buenas razones para pensar que, en la carrera armamentística entre los médicos y los gérmenes, los médicos corren más de prisa.

 ´Síntesis y conclusiones

Toda crisis representa una oportunidad ¿seremos menos individualistas y más conscientes del bien común? Harari, Y., 2020.

Grandes pensadores se expresaron sobre “la sociedad del riesgo mundial”, riesgos vinculados a la desaparición del Estado de Bienestar, la Contaminación, el Hiperindividualismo y el Consumismo, para citar sólo algunos. Un nuevo riesgo, producto de la pandemia, tiene consecuencias a nivel macro sociológico (incremento de la televigilancia, mayor autoritarismo, desinformación) y subjetivo (aumento de ansiedades paranoides, adicciones, ruptura de vínculos)

La capacidad de adaptación de las personas las ha llevado a crear nuevas formas de trabajar, estudiar, realizar tratamientos, gestionar la vida cotidiana, etc. La denominada Galaxia Internet (Castells, M., 2007) ha pegado un salto en relación a su influencia, lo que plantea nuevos desafíos.

La pregunta realizada por Touraine, A. (1998) ¿Podremos vivir juntos? podría cambiarse por otra ¿Podremos sobrevivir juntos? ya que la pandemia ha llegado para golpear el narcicismo de la humanidad y hacernos tomar conciencia de nuestra fragilidad. La “ingeniería del paraíso” podría trastocarse en una “ingeniería de la aniquilación”. El futuro depende de las transformaciones que podamos realizar y de la capacidad de aprendizaje que resulte de esta crisis global. Quizás en la idea fuerza “solo podremos sobrevivir juntos” esté la clave del futuro de todos y todas. Juntos, solidarios, cooperativos, colaborativos.

Bibliografía

Carpintero, Enrique (2020) La crisis de la pandemia llevó al estallido del espacio llamado “posmoderno”. Revista Topía.

Harari, Yugal (2016) Homo Deus. Breve historia del Mañana, Penguin Randon House. Barcelona.

Hazaki, César (2019) Modo Cyborg. Niños, adolescentes y familias en un mundo virtual. Editorial Topía, Buenos Aires.

Lubartowski Nogara, Raquel (2020) Construcción del monstruo viral. Revista Topía

Osindale, Marilen (2020) #Quedateencasa: Familia, maltrato infantil y COVID-19, Revista Topia.

Yingzhim Y. (2020) Coronavirus, el brote saca de las sombras al sistema de vigilancia del régimen. Publicado en La Nación el 8/02/20.

Ygel, A. (2020) Del diván al celular. La Gaceta Literaria. 17/05/2020.

Zito Lema, Al (2020) Reflexiones en tiempo de aislamiento y pandemia. Revista Topía.