como para benedetti

nuestro amor es un niño muerto

y cada tanto me acuerdo de él y lo visito

le llevo flores

limpio la lapida

rezo, no sé a quién

y me siento a contarle quién soy ahora

le hablo de los lugares a los que quisiera poder llevarlo

de las canciones que sé que le hubieran gustado

y le leo todos los poemas que le escribí

a veces las visitas se tornan muy tristes

y a veces el llanto es desconsolado

y a veces la desesperación es incontrolable

y a veces los guardias del cementerio me tienen que sacar

porque empiezo a tratar de desenterrarlo

y que ya acepté que esta muerto

y que es un niño muerto

y quién no llora a un niño muerto