“La gracia”- dice el I Ching; el antiguo libro de adivinación que es el corazón del pensamiento chino – “no está en el ornamento, sino en la forma simple y práctica”. La poesía de Sam Pink entonces tiene gracia. Una lengua sensiblemente irónica por momentos, por otros; la dicción constante y precisa que lanza un conjuro moderno sobre la identidad norteamericana; sus prácticas, su intimidad, o el absurdo que representan. Todo se resuelve permeable en cada poema que a través de un trabajo literario Poundiado se reduce en economías que flirtean entre la escuela objetivista y surrealista: sin recaer en ambas. La economía en los poemas da cuenta de una selección inteligente de las palabras, es así que el “yo” poético se resuelve directo y incisivo. Una brevedad que es sagaz y precisa, como un fino puñal listo para faenar al lector en cada poema. Sam Pink denota con esta técnica la unión de una dicotomía que salvando las distancias entre países nos devela la consecuencia de una generación acostumbrada a la sobre-estimulación: dónde independientemente de los lugares que ocupemos en el mundo siempre “moverse hacia algo/ es dejar algo más hacía atrás”; dónde pareciera que somos la generación de los alquileres, encandilados a veces por las luces de neón irradiadas por esas publicidades fluorescentes. Poemas, que en fin: pueden también ser interpretados como una resistencia frente a las circunstancias más críticas: ¿Acaso escribir no significa una especie de resistencia? La Editorial UOIEA! Junto a la traducción de Mat Guillan nos presentan en este libro un poeta que “tropieza y cae”, pero también se levanta.

COBARDE

El secreto es

que nunca morís

pero

tampoco seguís viviendo.

Te conformas, en cambio,

con el espectro más pequeño de fracaso y recompensa

Lo que sea que duela menos.

Y créeme:

No estoy culpando a nadie.

UNA GUERRA QUE QUIERO

Vi a un anciano

en un carro motorizado

conduciendo con una mano

y sosteniendo un soplador de hojas

con la otra.

Estaba soplando hojas

en diferentes direcciones

Conduciendo sin rumbo

por el medio de la calle

Y supe:

que en cualquier guerra en que él estuviera

yo también quería ser parte de ella.

MAESTROS

Respeto a los arboles

por elegir un lugar para vivir

y hacer todo lo que pueden ahí

y morir ahí

y nunca realmente cometer errores.

DIVINO

La chica del automac

entregándome la comida

transformó la risa

que compartía con un compañero de trabajo

en un “Odio este fucking trabajo”

y sonreí.

TRABAJO

Pensé en intentar conseguir un trabajo

yendo a un lugar en el que no me importaría trabajar,

apoyarme contra la pared un rato

y después decirle a un empleado:

“bueno ¿te vas a quedar ahí parado

o me vas a contratar?”

UN LOBO CON ROPA DE OVEJA Y CON EL CORAZÓN DE UN CORDERO QUE SOSTIENE UNA BOMBA

Arrancate el corazón

si se vuelve demasiado grande.

Y achicalo

en cuartos oscuros.

La mayoría de las discusiones pueden terminar con:

“¿Qué querés de mí?”

También la mayoría de los días.

Me gusta pensar en una pila de mugre,

hacia la que caminamos cada uno

cuando algo estúpido me está molestando

Estoy en camino,

pero no llegué todavía.

ELEGI UN BANDO

Vi pasar a una persona

vestida para el trabajo

y a un vagabundo

sentado en la vereda.

Y me imaginé

lo locos

que debían verse

el uno al otro.

Después

cuando pasé caminando

esperaba que el vagabundo gritara:

“¡Elegí un bando!”