Darle vueltas a un problema

puede horadar el pensamiento

hasta agotarlo.

Necesito salir a no pensar,

solo ver imágenes banales,

la arquitectura de las casas,

una señora cruzando la calle,

un perrito defecando,

los árboles y sus formas irregulares.

Nada de eso tiene un significado.

Necesito poner la mente en blanco

antes de empezar con las actividades,

resetear la mente y que se

purgue de ideas innecesarias:

ideas fijas, autodestructivas,

baja autoestima, autopercepción

distorsionada, comparaciones,

pérdida del eje, necesidad

de un espejo, dependencia, actitudes

compulsivas, demandas constantes

a los demás, inseguridades, miedos,

todo, todo junto a la basura

para que se lo lleven los basureros

a un lugar al que nunca vamos a ir,

que lo entierren en el relleno sanitario

o lo quemen en la quema, que todo lo

viejo arda por siempre,

se actualice el sistema,

se renueven las energías,

se optimice el procesador.

La escritura puede ser una aliada,

el amor puede ser un aliado,

los libros son aliados dormidos

en sus estantes hasta que los

despertás

son pulmones que nunca respiraron,

pegados, con los alvéolos tapados,

hasta que se ponen a respirar

y a medida que se van inflando y

desinflando

el aire se acomoda,

el pensamiento se calma,

la voluntad lleva su barco

por donde dirijas las velas,

el viento sopla en tu cara

te despertás.