Y no quería

molestarlo a él,

con más de lo mismo.

Y es a quien

más extraño.

su aliento, su ver.

Su humor

como extraños.

Esas charlas.

Él creyendome Tal Loca,

y sin embargo

embadurnaba dolor

con barros.

Lo vi también

temblar en charcos,

necesitaba mi abrazo

enredando nuestros trancos

del control borrado.

Él sabe

lo que encuentra

cuando extiende

sus manos.

Las mias bambolean

a contra luz

mi semblante.

¡Al fin!

Le contaría otra historia

de fragatas y barcos,

en un inmenso río

imaginado.

No debo contactarlo

sabrá que hacer

si lo hago.

De mil formas

y en mi sombra,

al que más

he amado.